Un día fueron al estadio mundialista de Mar del Plata a uno de los recitales. Desde que abrieron las puertas a las ocho de la noche hubo corridas e incidentes con quienes querían ingresar sin entradas. Encima, con el recuerdo de lo sucedido a Walter Bulacio, el temor entre los tres chicos a que pasara algo crecía con el correr del tiempo. En un momento, Johnatan se separó del resto debido a la muchedumbre que escapaba de las balas de goma y los camiones hidrantes de la policía. Celeste y Fabián lo buscaron por todos lados pero no lo encontraron. Ya se acercaba la hora del concierto, por lo que decidieron entrar para ver si podían hallarlo en el campo. Dos horas y media después, cuando los Redonditos terminaron de tocar, aún no tenían noticias del chico.
Esperaron a que saliera todo el público y miraron entre la gente a ver si lo reconocían, pero nada. Entonces se acercaron a un patrullero y a uno de los policías que estaba adentro, Celeste le dijo:
- Mire, estamos buscando a mi hermano. Tiene 17 años, mide 1.70 mts. tiene el pelo negro, un arito en la boca y una remera negra con el logo de los redondos. No lo podemos encontrar por ningún lado. Necesitamos que nos ayude.
- Entre los heridos, si no me equivoco, hay un chico con las características que me describís. Tendrías que fijarte en el hospital.
- ¿A cuál lo llevaron?
- Al interzonal de agudos que está sobre la avenida Juan B. Justo.
Como quedaba cerca, caminaron algunas cuadras y cuando llegaron se encontraron con que Johnatan estaba en terapia intensiva por dos balazos de goma que le impactaron en el pecho y la cabeza. Así permaneció durante veinte días. En un principio las heridas parecían no ser tan graves, se descubrió que el golpe en la cabeza le generó un traumatismo que podía implicar la pérdida total del habla. Igual, gracias a la efectividad de los médicos, no tuvo serias consecuencias y, luego de un mes y tres días, salió del hospital hacia su casa en Buenos Aires. Si bien el susto fue fuerte, nada pudo impedir que siguiera yendo a ver a los redondos, aunque ahora desde la platea.
Esperaron a que saliera todo el público y miraron entre la gente a ver si lo reconocían, pero nada. Entonces se acercaron a un patrullero y a uno de los policías que estaba adentro, Celeste le dijo:
- Mire, estamos buscando a mi hermano. Tiene 17 años, mide 1.70 mts. tiene el pelo negro, un arito en la boca y una remera negra con el logo de los redondos. No lo podemos encontrar por ningún lado. Necesitamos que nos ayude.
- Entre los heridos, si no me equivoco, hay un chico con las características que me describís. Tendrías que fijarte en el hospital.
- ¿A cuál lo llevaron?
- Al interzonal de agudos que está sobre la avenida Juan B. Justo.
Como quedaba cerca, caminaron algunas cuadras y cuando llegaron se encontraron con que Johnatan estaba en terapia intensiva por dos balazos de goma que le impactaron en el pecho y la cabeza. Así permaneció durante veinte días. En un principio las heridas parecían no ser tan graves, se descubrió que el golpe en la cabeza le generó un traumatismo que podía implicar la pérdida total del habla. Igual, gracias a la efectividad de los médicos, no tuvo serias consecuencias y, luego de un mes y tres días, salió del hospital hacia su casa en Buenos Aires. Si bien el susto fue fuerte, nada pudo impedir que siguiera yendo a ver a los redondos, aunque ahora desde la platea.